Como cada año, miles de españoles se mueven por el país buscando la montaña, el calor de los pueblos y la Semana Santa y queremos aportar nuestro granito de arena con ciertas precauciones: ¡¡Cuidado con la chimenea, braseros y estufas!!.
En muchas de estas casas: de campo, rurales, albergues es habitual utilizar braseros, chimeneas de leña, estufas de gas, etc. y por desgracia cada año, cuando acaba la semana santa tenemos noticias similares de desgracias por pequeños despistes.
Hay una serie de recomendaciones básicas que podrían salvarnos la vida:
- No dejar nunca encendido el brasero, chimenea o estufa
- Si la casa tiene diferentes alturas hay que tener en cuenta que los gases como el monóxido de carbono pesa menos que el aire y se acumulará en las zonas altas de la casa.
- Asegurarse que el brasero o chimenea está correctamente apagado y si se puede cerrar o sacar de la vivienda como medida de precaución.
El monóxido de carbono es un gas muy peligroso y que se cobra vidas todos los años debido a malas combustiones o porque termina desplazando el aire que necesitamos para respirar.
¿Cómo se genera el monóxido de carbono? En un brasero o chimenea con residuos cuando falta oxígeno o porque existe mala combustión en una estufa catalítica de gas; en este caso se puede apreciar que la llama es amarilla.
Lo más peligroso es que es un gas sin color y sin olor que casusa desde dolores de cabeza, vómitos, mareos hasta la pérdida de conocimiento y la muerte, por tanto y no nos cansaremos de repetir ¡¡Cuidado con la chimenea, braseros y estufas!!.
Hay que prevenir y revisar todos los elementos que estén correctamente funcionando, si se va a alquilar una casa rural o similar solicitar la revisión por parte de un técnico especializado y consejos de uso de chimeneas.
Cuidado con la ropa que está muy cerca de estas fuentes de calor, ya que no hace falta que prendan para que comience el incendio y la generación también de gases tóxicos.
